“Como siempre, estás en las nubes, pensando cosas raras” fue la respuesta que recibió Rafa tras mencionar a su superior que las maquinas parecían alicaídas: “están como tristes y distantes”. Le deprimía, pero como nadie le hacia caso, se ajustó los cascos y siguió programando un nuevo modelo de robot recepcionista.
Robotnicks: Mantenimiento y rendimiento de bots
Alegramos a sus robots para aumentar su eficacia
El laboratorio, a veces, era una fiesta llena de creatividad. En el taller, los SMT16 llevaban a cabo el mantenimiento de los robots; los programadores se juntaban recopilando los problemas y, por supuesto, sus soluciones. Últimamente, el mantenimiento suponía un alto coste y no tenía mucho sentido. Los Códigos funcionaban, los mecanismos físicos eran los suficientemente eficientes, pero algo pasaba. Los sistemas de refrigeración habían mejorado, el rendimiento había descendido… pero ¿por qué?
Hablaban en su jerga de programación. Todos soltaban ideas, comían donuts y criticaban códigos para buscar soluciones. El taller era frío, solo se oían los chispazos de la soldadura, el encaje de las tuercas o el traqueteo del software. “Parece que los bots miran hacia el laboratorio, no sé, como afligidos” murmuró Rafa. Todos se quedaron en silencio mirando hacia el taller; robots camareros tenían la cabeza baja, bots ayudantes habían dejado caer sus brazos, en la zona de pruebas los robots daban la sensación de pesadez. Tal vez por deshacerse de la angustia que les estaba entrado o por encontrar algo que les ayudará a no pensar en cosas demasiado… todos rieron.
Robotnicks: Mantenimiento y rendimiento de bots
Un robot contento, un cliente satisfecho
Rafa cambió de estrategia. Primero pidió disculpas por tomarse demasiado en serio los eslóganes de la empresa y luego propuso programar un test para actualizar el control de errores de los bots: “Tengo una idea para nuevos parámetros de medición”. Nadie dudaba de su profesionalidad y, además, todos tenían sus rarezas. Así, designaron a Rafa para desarrollar el nuevo programa.
Robotnicks: Mantenimiento y rendimiento de bots
Robots eficaces que nunca descansan
Tras meses de trabajo y llegó el día de la presentación. La cosa había empeorado. Un bot del departamento de contabilidad llevaba días girando sobre sí mismo, otro del departamento de policía se había suicidado y un dron de reparto se había arrancado la carcasa y volaba sin control emitiendo pitidos.

Tu aspiradora pidiéndote un descanso
Ante el público se expuso el TSDP, el test del síndrome de desgaste profesional, para bots. Se hablo de la base, el modelo demografía-personalidad-desilusión, y cómo se podía aplicar a los robots. En el escenario, un bot camarero que funcionaba correctamente y un programa de gestión de datos con un descenso del rendimiento en 45 puntos. Rafa aplicó el nuevo test de rendimiento. Los resultados indicaban un desgaste ¿pero qué tipo de desgaste? Rafa lo omitió, no quería confusiones, pero él sabía que el programa estaba “quemado”, y el bot camarero empezaba a trasmitir síntomas de SDO. Rafa les aplicó un programa que llamaba EyD-B, esparcimiento y descanso bot. El camarero parecía que estiraba los brazos, la espalda y movía muy deprisa sus dedos. El programa emitía unos pitidos y la pantalla del ordenador se transformó en unas coloridas líneas que se movían. Tras unos minutos, Rafa los puso a sus tareas y aplicó el test de rendimiento estándar. Los resultados fueron sorprendentes. Su rendimiento había subido, su eficacia había mejorado y el bot camarero parecía que sonreía. “¡Ahí va! Pero si los robots necesitan descansar y poner la cabeza en otro sitio”. Tras la sorpresa de la afirmación, todos callaron, ya que esta venía de Juan Ryu Hanson, el mayor accionista de SuptorBot, líder del sector.
Años más tarde, a las dos de la madrugada, dos cajeros entonaban una conversación, unos brazos robots de una fábrica de coches autónomos jugaban a las cartas, unos drones revoloteaban como mariposas, un programa de inversión financiera apagaba la pantalla plácidamente.
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Recomendación del editor:
Uno de los puntos clave para no sufrir burnout es saber desconectar. Apaga el móvil y proporciona a tu móvil y a ti un momento de relax.